A veces la educación no es un derecho de todos. Para los niños con discapacidad o movilidad reducida la escuela puede convertirse en un mundo infranqueable sencillamente por falta de ascensores, rampas de acceso o baños adaptados. Según el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), son 21.000 los chicos que a causa de esta desidia quedan excluidos del sistema escolar en la ciudad de Buenos Aires. Ahora, un fallo judicial obliga al gobierno porteño a adecuar la infraestructura en un plazo de 240 días.
De una nota por Sabrina Díaz Rato
Fuente: Revista 23
Enviado por Claudia D'Ippolito
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