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¿Cuál es tu método de estudio? - una monografía de José Leandro Flores

Gabriel y María son dos jóvenes del nivel medio que toman conciencia de la necesidad de contar de un método para estudiar.

"No tenía ningún método…"

Hola, María. Leí tus reflexiones y encontré que me interpretan mucho a mí también (http://www.monografias.com/trabajos84/mirada-maria/mirada-maria.shtml); 
y ahora deseo hacerte una pregunta: 

¿Cuál es el método que tienes para estudiar? 
Porque para expresarte como lo haces, debe haber unas claves interiores y cotidianas en tu forma de estudio.

Gracias, Gabriel. La verdad es que yo no tenía ningún método. Y tampoco nadie me había hablado de su necesidad. Tampoco suponía que lo debería tener. Quienes me instruían, tal vez o no tenían o no estaban convencidos de la importancia para una estudiante contar con uno. Y también si me lo hubieran plateando en ese tiempo a mí no me hubiera interesado el tema, porque hoy me doy cuenta que hubiera pensado que era un tema estéril, innecesario,… pero es porque no lo conocía. Nadie aprecia lo que no conoce.

(Gabriel) Sin embargo, algo pasó que te entusiasmó a buscar un método práctico y eficaz, María. Algo que te llevo a tomar conciencia de la importancia de contar con un camino para llegar a tus objetivos propuestos. O a lo mejor, primero es necesario contar con"objetivos" para después sentir la necesidad de un "camino" para llegar a él.

(María) Efectivamente. Puedo reconocer que en esa etapa mis objetivos estaban fuera del aula, y en conflicto con ella. Y fueron algunas preguntas de mi facilitador que fueron mostrándome un vacio que había en mí. O sea, era una especie de obsesión de "presentismo" llenándolo con cosas… con frecuencia de forma irracional y con poco o nada de cuidado por mí misma.

Esta plataforma prácticamente impedía la posibilidad de un método de estudio en mi pobre práctica de estudiante de ese tiempo. Mejor dicho, todavía no había empezado a serlo, y me mantenía al margen de la misma naturaleza de estudiar; entendida ésta como aquella actividad que de lo que lee, escucha o ve se selecciona-analiza-interpreta-relaciona-sintetiza y aplica en la vida real. En ese tiempo existía un verdadero divorcio entre lo que vivía y lo que estudiaba. Algo dramático porque era la misma persona que debía intentar dividirse en cada una de ambos lugares donde estaba diariamente. Y me faltaba un vaso comunicante que me permitiera ser y sentirme que era una la misma persona en ambos lugares. Esta ruptura fomentaba mi mal humor y rebeldía casi como estados permanentes.

Ahora tengo compañeros de curso que siguen viviendo ese drama que yo conocí; y del cual es posible salir, y vivir una experiencia maravillosa, porque uno se da cuenta qué significa comprender lo que se aprende. Sentirse sujeto, y no objeto del conocimiento y del desarrollo integral como ser humano, miembro de una comunidad y ciudadano de un País.

Recuerdo que fueron los desafíos y las preguntas que nos proponía nuestro facilitador, además, una serie de documentales en torno a la importancia de contar con un método de estudio para aprovechar el tiempo y los recursos las me ayudaron a que cobrara sentido para mí dicha demanda. Me empecé a hacer preguntas como estas: ¿Cuál fue el método que emplearon personajes como Descartes, Einstein, Nietzsche, Borges, Vargas Llosa, M. Eliade, E. Galeano, P. Neruda, I. Allende, para desarrollar su obra en sus respectivos campos. Al no conocer la respuesta; sentí la curiosidad por averiguarlo.

Necesidad de una estructura personal que reclame y apoye la existencia de un método de desarrollo integral

(Gabriel) O sea, María, que primero la persona, el estudiante, tiene que sentir y querer un desarrollo integral; donde se incluyan las dimensiones: cognitiva, emocional y espiritual (y en la emocional incluimos la dimensión afectiva y sexual). Es decir, una mirada más amplia y más larga de sí mismos, que contemple sus objetivos finales, sus metas intermedias y las actividades a realizar desde ahora, de forma oportuna y eficaz. Y lo más importante, jóvenes, es la generación de preguntas en nuestra mente. Ellas son como las llaves que abren puertas, o flechas que señalan direcciones donde buscar. Por eso son verdaderamente lamentables nuestros largos silencios en el aula o en los pasillos del lugar a donde concurrimos a compartir y construir conocimiento, aprendizaje de convivencia y construcción-planificación de sueños y anhelos.

Efectivamente, jóvenes, las debilidades en nuestras estructuras de personalidad es el primer terreno que tenemos que trabajar en su reconstrucción para después dar cabida a un método. Y la energía que necesita la persona para atreverse a remodelarse es la motivación, el incentivo a valorarse, quererse y apreciarse. Por alguna o algunas razones, muchas personas están débiles en estos campos. Eufemísticamente por eso simplemente se habla de población en "vulnerabilidad social" o en "riesgo social". Son expresiones que se quedan cortas a la hora de definir o recoger la realidad con que nos encontramos en nuestra práctica profesional de intentar ser facilitadores para su crecimiento integral.

Pero la materia prima permanece incólume, y está ahí esperando la oportunidad para desencadenar su poderosa energía propia de todos los seres que los constituye como tales. Esto se puede ver fácilmente, por ejemplo, en el cambio del brillo de sus ojos, su rostro se reviste de color, los desplazamientos de su cuerpo son más ágiles, y mejora su presentación personal. Entonces estamos en el camino correcto para que un buen método apoye el desarrollo de lo que ya ha comenzado a existir: un ethos personal más propicio.

( María) Efectivamente así ha sido mi experiencia. Y por eso, agradezco la pregunta que me hace Gabriel, porque la misma me ha llevado a este trasfondo importante. Se trata de una confluencia simultánea de ambos factores: un método de desarrollo y el anhelo de desarrollarse. Y feliz el estudiante que encuentra facilitadores o acompañadores de su desarrollo que captan y/o fomentan esta coincidencia.

Como también es una responsabilidad personal… y pienso no en mis compañeros de curso que ya la poseen, sino en quienes todavía les cuesta llegar a este punto de inicio para el propio camino de desarrollo, acompañados por un método. Es cierto que las falencias, debilidades y obstáculos son abrumadoras para algunos, que se convierten en serias amenazas de su subdesarrollo permanente a lo largo de sus vidas. Determinadas estructuras sociales inundadas de economicismo las vuelve inhumanas para muchos de mis compañeros de Liceo. Cuando una visión economicista se hace cargo de la educación, ésta se empobrece.

El método nos permite reflexionar, conversar y sistematizar en nuestros encuentros de generación cultural (lo que anteriormente yo misma denominaba simplemente "clase"). Un término que conceptualizaba de forma equivocada, cuando me auto condenaba a una posición pasiva, receptora, cumplidora frente a la fila de profesores que visitaban el aula en que más bien estaba sin apropiarme del espacio y del tiempo que allí vivía.

(Gabriel) Tiene mucho sentido para mí tu punto de vista, María, porque pienso en cuantas cosas estoy dejando de hacer por no contar con un método de desarrollo en esta etapa de mi vida donde mi principal actividad es estudiar. Pero prácticamente no he tenido iniciativa. Me ha faltado creatividad y voluntad para sistematizar de mejor manera mi aprendizaje. Y creo que la razón de esto ha estado en mi falta de fe o confianza en los estudios como una vía real de desarrollo. Ha sido tanta la repetición que solo se estudia para trabajar y ganar más. O sea, un olvido casi absoluto de la relación del estudio con mi calidad de vida personal, familiar, social y ciudadana, con una conciencia nueva para contribuir al nacimiento de un mundo nuevo: más humano, justo y solidario con la Naturaleza.

(María) A eso me refiero, Gabriel, que es el punto de inicio para buscar y apropiarse de un método de trabajo para estudiar; para ser y para hacer. Sin el cultivo del ser es estéril el campo de hacer. Y no será por la vía de la multiplicación de actividades, con la consigna de tenernos siempre ocupados que se pueden revertir el caos de muchas de nosotras, sino que a la vez sentimos una gran hambre: la capacidad de relacionarnos productivamente con el silencio; de administrar nuestro tiempo de modo óptimo; y aprender a conversar con argumentos entre nosotras mismas y con los adultos.

Aprender, así mismo, a desarrollar paradigmas alternativos al de la competitividad, como expresión del omnipresente individualismo. Si bien tenemos que construirnos como individuos, no por ello debemos perder nuestro carácter social; que a su vez no tiene que ser un mera palabra, sino una práctica cotidiana de convivencia. Hoy, por ejemplo, tener la capacidad de formación de grupos de estudio y para iniciativas creativas, como antesala para desarrollar la capacidad de trabajo en equipo. Todo esto no se improvisa, y son parámetros que tanta falta hacen en nuestro sistema de vida y de trabajo. Creo que no debemos temer a cultivar mas practicas de solidaridad como expresión de una naturaleza altruista, comunitarios y centrados en el amor.

Las ventajas de contar con método de estudio

El método de estudio que nos ayude a no quedarnos encerrados en nosotros mismos es el más importante. En cuanto que hoy día no basta con reproducir el sistema en que estamos porque urge un cambio cualitativo del mismo para bien de nosotras mismas, de nuestra humanidad, y de nuestra Ecología. Lo que hay que cambiar es la reproducción, por la innovación. Si bien en esto hay consenso, no hay todavía libertad para emprender nuevos caminos. Esa libertad tenemos que buscarla y encontrarla en nosotras mimas, y no en el exterior, de donde jamás va a provenir… porque allí es el reino de los intereses monopólicos y de ideologías dogmáticas.

En este sentido, un buen método personal de estudio, se convierte en la mejor herramienta para demoler la ignorancia y ciertas actitudes derrotistas, como el "yo no puedo", el "yo no entiendo" o el "no me interesa"… que son expresiones tan comunes en mi ambiente. Por eso está impregnado de inercia, carente de identidad, de comunicación y por consiguiente de realizaciones. Por lo tanto, es a su vez, el lugar propicio para la instauración o apropiación de métodos de estudio.

Además de ser herramienta para poder entrar en los campos del saber, un buen método constituye también ser un buen depósito donde recoger y trabajar la información que nos envuelve en todo tiempo y lugar. Así mismo, su carencia constituye la pobreza o debilidad más grande porque nos vuelve incapaces no solo de comprender, sino antes que eso, de recibir, de acoger, de atesorar conocimientos, que bien trabajados se pueden convertir en insumos para vivir bien y para hacer el bien.

En mi caso, María y Gabriel, yo no había establecido la relación entre proyecto personal y método. Y mi situación se agravaba porque también era muy débil la existencia de un proyecto de esa índole. En esas condiciones, estudiar era para mí un drama. Una obligación que no me motivaba sino que me fastidiaba. Y esta energía se elevaba exponencialmente porque era fácil contagiarse y contagiarla. Nuestra misma debilidad de proyectos personales contribuía a llegar rápidamente a aquellos escenarios que lo que menos tenían era un clima para aprender, comprender, reflexionar, relacionar y desarrollar para llevar las ideas a la vida y sacarlas también de la realidad, su procedencia y destino natural.

Creo que tenemos que alegrarnos porque cuando la semilla germina comienza un nuevo proceso… que nos puede llevar a insondables e impensadas dimensiones, en este caso, de realización personal. Lo cual constituiría un gran logro, dadas las condiciones que por lo general nos deja sin palabras por su inmensa globalización y omnipresencia. Uds. Saben cómo algunos llegan a este lugar sagrado que se convierte en la reconstrucción del ser humano en su nivel interior que es el que da impronta a su ser físico/externo. Es maravilloso cuando comprendemos todos juntos que somos células de un cuerpo más amplio que se es el producto de lo que somos y de cómo somos. O sea, no nos creemos que seamos el producto de la sociedad o mundo en que estamos, sino que somos sujetos con la misión de ser agentes de cambio, por las vías del conocimiento, de las emociones y de la espiritualidad… y para eso es fundamental que nos hagamos de un buen método que nos permita trabajar, crecer y dar frutos aquí y ahora.
¿Y cuáles serían los componentes de un buen método de estudio?

(María) En primer lugar, creo firmemente que en primer término somos nosotros mismas. Porque somos el punto de inicio y de llegada de un método. Y así como tenemos la misión de hacernos e inventarnos, así también tenemos que hacernos e inventarnos un método propiado de estudio, de trabajo y de vida.

Sus componentes básicos debemos sacarlos de nosotros mismos y de la naturaleza que nos rodea y contiene tanta sabiduría. Lo que tenemos que aprender es a observarla e imitarla. Por solo mencionar un aspecto, el carácter refractario que permite que se formen los bosques y microclimas porque cada planta desarrolla un mecanismo que favorece la vida y desarrollo de sí misma y de las otras plantas. Así nosotras y nosotros, si nos cuenta que trabajando juntos vamos a avanzar y profundizar más nuestros temas de aprendizaje. Creo, de verdad, que debemos renunciar conscientemente a la intolerancia, la arrogancia o la ingenuidad.

El método nos debe de proporcionar valores que muevan nuestra vida diaria y nos orienten en las decisiones que tomamos y tomaremos en todo tiempo y circunstancias. Y hacer así la diferencia entre una vida y práctica aislada y/o desconectada del resto de las personas y de los temas importantes de cada día a nivel comunitario, social y mundial; a darnos cuenta que -en mi caso- como mujer, con un nombre, una misión y una utopía; para lo cual necesito generar las confianzas con los otros que nos permita el mutuo conocimiento y el mutuo respeto. Esta matriz personal siento que me permite poner una sólida base para un buen método me ayude muchas formas prácticas más que dan vida a la creatividad que es como el alma que me anima a buscar la productividad óptima en esta corta etapa de ser estudiante de Nivel Medio. Así el método es personal en su primera búsqueda y conformación, grupal en su práctica, y social en su finalidad.

(Gabriel) Y de esta manera, comprendo ahora, recobraremos muchas cosas que hemos perdido, como la productividad, la alegría de estudiar, la voluntad de participar, y la responsabilidad del compromiso. Podremos recobrar nuestra identidad como un cuerpo vivo en y a favor de la sociedad que nos contiene; pero con frecuencia nosotros no la contenemos a ella. Este divorcio es perjudicial para ambos, porque nos debemos y nos necesitamos mutuamente. Es decir, la salud, el bienestar y el desarrollo de ambos dependerán de la buena y productiva comunicación que cultivemos entre nosotros: sujetos y sociedad.

Como facilitador, no puedo pensar sino igual que Uds., Gabriel y María, porque así estamos siendo capaces de reflexionar sobre lo que vivimos cada vez que nos juntamos para vivir la hermosa experiencia de aprender. Aprender a saber quiénes somos, donde estamos y cuál es nuestra misión en este mundo, para la cual no solamente debemos prepararnos, sino actuarla aquí y ahora porque nadie es dueño del mañana. Cuando un método de vida y de estudio nos ayuda a conseguir este objetivo, podemos decir entonces que estamos en la ruta correcta de ser estudiantes, de ser personas y de ser ciudadanos. El estudio, así, ni comienza ni termina en una sala de clase, y ese lugar se convierte en una especie de vientre que genera vida para este mundo que habitamos y heredaremos con el aporte e impronta de nuestra misión de estudiantes conscientes, racionales y libres.

La aparente "complejidad", entonces, al hablar de método no es tal, sino todo lo contrario, porque es la vía que vuelve posible mi realización más plena, entrando a los estadios de la libertad, de la responsabilidad y de la solidaridad.

Hablar de método es hablar de orden, de disciplina, de optimizar el uso del tiempo. Y también es la herramienta para evitar el estrés por los apuros de última hora para preparar nuestras tareas o pruebas. Un método adecuado nos favorece enormemente le profundización de los temas de estudio; y utilizándolo podemos incluso discernir mejor nuestra vocación laboral-profesional.

Autor:
José Leandro Flores
18 de abril de 2011
http://www.monografias.com/cgi-bin/jump.cgi?ID=160877

Si deseas información adicional sobre técnicas de estudio
envía un mail a dgalatrog@hotmail.com

1 comentario:

  1. Jlfg – pág. 411
    (Las promesas) El que hace no tiene necesidad de prometer mucho…, porque sus hechos hablan más que las palabras. En realidad, estamos llenos de prometedores y escasos de hacedores. La coherencia y consecuencia son necesitan de portadores para estar presente en el mundo.

    Las guerras no las crean los habitantes del lugar; las inventan poderes que viven de eso...
    La guerra es un ejemplo de la racionalidad y de la insensibilidad del ser humano: que puede llegar a ser ángel o demonio… Todo se aprende. Y ¿de qué sirve ser racional si no alcanza a ser es sensible?

    (Seres sociables) Es cierto que tenemos el potencial para ser seres sociales…, pero hay que aprenderlo para practicarlo. Hay muy pocas escuelas funcionando para este fin. De las más importantes, han profanado su misión. Y las consecuencias si bien no las verán, otros las sufrirán.

    (El individualismo) La unidad hace la fuerza… por eso se pone tanto dinero en sembrar el individualismo, porque de allí nace la competencia…, y al final, termina imponiéndose la ley del más fuerte. O sea, lo que menos se desea es la unidad del género humano. Individualizado: se le puede controlar; unido, es imparable.

    (Los mitos) El error consiste en conformarse con repetir los mitos; olvidando que la utilidad y significancia de los mitos es su actualización y reproducción de lo que proponen en la vida actual. Por ejemplo, la Navidad: ¿sirve para algo recordarla? ¡Cuando lo que se necesita es que sea actual, que hoy se realice en uno. Se trata de renacer y entrar a la dimensión de lo humano.

    (Las leyes) La sociedad vive creándose leyes…, peo no serían necesarias si cada quien aprendiera a hacer uso de su libertad, responsablemente. Cuando esto se olvida o se tira por la borda…, no hay leyes que lo remedie, porque la pillería se multiplica y se generaliza.

    (El lenguaje) El lenguaje de Dios no es por palabras sino por acciones. ¿Qué tal si practicáramos ese lenguaje entre nosotros? Desparecerían, en primer lugar, las mentiras, las falsas promesas, la adulación, los malos entendidos… y todas sus consecuencias.

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